miércoles, 18 de marzo de 2015

El síndrome del eterno viajero.

Aún puedo sentir esa brisa heladora de las mañanas  danesas, la sensación de que cada día era diferente-no existía la rutina, el sentimiento de estar siempre perdido, la angustia de estar rodeada de gente y no entender ni una palabra, el cariño de mi familia danesa, las eternas esperas en la estación de autobuses, el continuo echar de menos pero a la vez  una gran libertad .... y muchas más cosas que ahora solo se han quedado en mi recuerdo como si hubiese sido simplemente un sueño y en realidad nada hubiese pasado.



Nunca pensé que volver a tu lugar sería tan difícil.